Campesino de una Extremadura desolada, Pascual Duarte un día de calor tremendo mató a la perrilla compañera de cacerías. Tiempo después mató a la mula que coceó mortalmente a su mujer. Y pasó el tiempo y mató a su madre. Y por fin, cuando el país entero era un campo sombrío atravesado por la muerte mató al dueño de la tierra que él había pisado desde niño. A Pascual Duarte le aplicaron el garrote vil.